Con mi viejo y su novia, aburridos. La noche empezaba a abrirse paso en lo que había sido una cálida tarde de noviembre, las palabras que salían de su boca rellenaban un espacio vacio, junto con lo que sonaba detrás, que era un disco de Arctic Monkeys.
-Adrian ! ¿Que es esté mensaje ?
Ella le había gritado desde la cocina, el estaba en el baño y yo, sabiendo lo que se aproximaba, acudí a irme a mi pieza y tratar de dormir.
-Y vos que me revisas el teléfono, la re concha de tu madre?
-No te estaba revisando nada, mogólico, solamente quería mi tarjeta de memoria para mañana, forro.
-Que forro?, veni acá...
Mi puerta estaba abierta y desembocaba en ese agujero negro que se encontraba en mi cocina, no entendía porque todo se repetía una y otra vez. Una chispa que encendía el malestar y la violencia de género se hacía presente.
Me levanté con el propósito de cerrar la puerta, pero solo vi a una bestia enojada con una increíble vena morada que resaltaba de su frente roja. El circo había comenzado y yo estaba en primera fila.
-Soltame, hijo de puta, soltame!
-Ya vas a aprender vos, bolsa de mierda.
Ella en un intento de defenderse quedo enroscada entre el brazo derecho de el, a tal punto que su rostro cambiaba de color a medida que pasaban los segundos... El sollozo de una manera extraña. Ella lo había mordido tan fuerte que la sangre recorría todo el brazo y el hematoma no tardo en formarse en esa soga al cuello en forma de brazo.
-¿Que hiciste conchuda?! Te voy a matar por esto, zorra hija de puta
- Poco hombre ! Sos una basura, no vales nada.
-Ah no ? Por lo menos me hago valer solo, no como vos, mantenida de mierda.
-Ah si que te haces valer, forrito ? A ver cuanto vale tu tele de mierda.
Ella se soltó y se dirigía la caja boba, cuando un vaso rozo su flequillo. El vidrio roto se deslizaba por la pared del comedor y mi cara era una personificación casi perfecta del horror que estaba viviendo.
Intente no escuchar lo que provenía del living, que estaba un poco mas lejos que la cocina. El vidrio frontal estallo en pedazos y mi nariz empezó a complotar con mi remera para teñirla de rojo.
-Sabes que es lo mas feo ? Que tu hijo esta ahí atrás escuchando todo esto, y no te das una idea de lo mal que le estás haciendo, basura.
-Con Ulises no te metas, la concha tuya.
El silencio reinó de repente y se volvió a quebrar con un golpe seco. Ella cayo y se hecho a llorar.
-En media horita te caigo con la policía, maricón !
-Acá los espero, mantenida hija de puta, nunca mas te quiero volver a ver por acá.
Abrió el portón para irse a un lugar que no era de mi interés saber, pero al que también quería irme. El cerro de un portazo y se vino a sentar a los pies de mi cama.
-Pa...¿ Nos van a llevar presos?- Me animé a preguntar con ocho años
-Nadie nos va a hacer nada, quedate tranquilo, que mañana viajamos.
Apago la luz y se fue, sin saber cuanto daño me había hecho a mi y a esa chica con la cual salía.
También pasé por cosas como esas.
ResponderEliminarDan dolor. Pero también dan poder.
El poder de la sabiduría para no repetirlas con otro ser humano.
Totalmente de acuerdo, es por eso que yo trato de aprender de estás cosas y saber que es lo que quiero evitar ser cuando crezca.
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